miércoles, 15 de agosto de 2007

Crítica: Ratatouille

A estas alturas, la Pixar no es precisamente una productora humilde y desconocida.
Al igual que los grandes estudios, también prepara minuciosamente sus blockbusters veraniegos o de la temporada. Grandes inversiones, planificados esfuerzos en la realización de los proyectos y enormes campañas de promoción . Nada que envidiar a otros, más bien al contrario, muchos son los que deben aprender y medirse con ella.
Y sin embargo, tiene la decencia (también gracias a este genio llamado Brad Bird) de ofrecer un producto, no por comercial y publicitado, que deje de resultar inteligente, imaginativo y cinematográficamente, muy bien hecho.
No como toda la ristra de blockbusters que he padecido durante las últimas semanas. Y eso va tanto por los que he visto como por los que me he negado a ver. Películas que confundían la aparatosidad o el ir acumulando efectos con ingenio o diversión asegurada. Que por el hecho, la mayoría, de ser secuelas de títulos populares anteriores creían que tenían por lo menos la mital del terreno ganado. O cuya mediocridad se incrementaba aún más cuando intentaban ofrecer algun viso de originalidad entre sus imágenes.

Finas ironías.

‘Ratatouille’ también es un blockbuster con todas las de la ley; un gigante que requiere ingresar en taquilla fabulosas cantidades de dinero para amortizar sus costes y asegurar la continuidad de futuros proyectos del estudio. Y no por ello es un guiso que de gato por liebre, sinó capaz de alimentar con solidez tanto a pequeños como a grandes.
Algunos de sus mejores ejempos están entre sus ironías argumentales. Una de ellas es la de presentarnos a una rata, Remy, habitante de las cloacas (animal que se asocia con la comida más putrefacta), y por cierto, un personaje nada cargante, como chef culinario de un exquisito restaurante, en horas bajas, de París.
Otra es la de atreverse a reñir, amistosamente y con el aplauso de los aludidos, a los críticos en un ejercicio final, a través del siniestro Anton Ego (crítico gastronómico y, por extensión, también cinematográfico o artístico), y su reflexión sobre la profesión de vilipendiador de restaurantes (que también podría ser el de películas). Y lo hace con mayor fortuna que el genio de Shyamalan donde en la (excelente) ‘La joven del agua’ también osaba introducir como personaje desagradable a un crítico de cine, en una ocurrencia que no sentó nada bien, sobre todo, a los cronistas especializados de EE.UU.

Elogio al respeto.

Y queda el disfrutar también de un Anton Ego que, en una escena prodigiosa, hallará su particular Rosebud en ese guisado en forma de Ratatouille, típico de la campiña francesa.
O de las sabias dosis de comedia que rememoran a los clásicos, con malentendidos, paranoias o esos torpes movimientos de Linguini, el chico de la basura aspirante, gracias a la mediación de Remy, a erigirse como nuevo rey de la cocina parisiense. Y un Linguini que recuerda a un Jerry Lewis o Peter Sellers en su mejor momento.
Y, como diría Gusteau, otro de los personajes del film, “cualquiera puede cocinar”. Una frase que, en el contexto de ‘Ratatouille’ lleva su sentido más allá, convirtiendo el film en un magistral elogio a favor del respeto entre razas, culturas o cualquiera que nos parezca ‘diferente’.
Una palabras que nos dicen que el talento puede proceder de una persona de cualquier parte o condición. En este caso llega de un estudio adinerado y poderoso, que ha logrado estar a la altura. Gracias Brad Bird, y Pixar, por recordarnos que el talento aún existe entre lo llamado comercial.

Valoración: ( ***** )

(*****) Obra maestra. Disfrute total.
(****) Me ha gustado muchísimo. ¡Una maravilla!

(***) Me ha gustado. Buena película,
(**) Me ha gustado, pero con reparos.

(*) No me ha gustado, pero tiene sus "cosillas"
(●) No me ha gustado nada, pero si le apetece, usted mism@

jueves, 9 de agosto de 2007

B.S.O.: Ratatouille, C'est magnifique !

B.S.O. de "Ratatouille" (2007) de Michael Giacchino

El californiano Michael Giacchino está destacando poderosamente en las partituras para películas de animación. Su score para “Los increíbles” fue toda una extraordinaria sorpresa.
También figuran en su currículum las músicas para la teleserie “Perdidos” o sus instrumentalizaciones para “Misión: Imposible III”.
Como muestra de sus sobradas dotes como maestro ‘chef’ en el guiso de las bandas sonoras, para
“Ratatouille” ha mezclado ingredientes como magníficas orquestaciones, variantes jazzísticas, empleo de las cuerdas, la guitarra, el saxo y, como no, del acordeón, con todas sus reminiscencias parisienses. En un tono suave, evocador y romántico, les propongo escuchar su Tema Principal. No hace falta decirles que es una salsa idonea para acompañar las imágenes del film. C’est magnifique! (2’09”)

( Para escucharlo pulse en el enlace del tema o busque en la columna de la derecha )

martes, 7 de agosto de 2007

Wowww ! Un póster que me encanta !


Un diseño futurista pero con un sabor entrañable a pasado, a años cincuenta. Es el cartel de Wall-E, la nueva película animada de la factoría Pixar/Disney Andrew Stanton, uno de los responsables de "Buscando a Nemo".

Su estreno está previsto, en los EE.UU., para el 27 de junio del año próximo. Su protagonista es un pequeño robot, el último de una especie creada con la poca (sofisdicada) misión de hacer de basureros del planeta Tierra. Y éste Wall-E que descubrirá a una robot fémina para que Cupido haga flechazo en él de manera instantanea.
Además, los creadores del film pretenden que el diseño de producción nos deje con la boca abierta. Promete.

viernes, 3 de agosto de 2007

Excesos poéticos

"El camino de los ingleses" (Antonio Banderas, 2006) - DVD

Estoy acostumbrado a ver a Antonio Banderas como si fuera un actor simpático que además ha logrado hacerse con un hueco en Hollywood. Un personaje que ha bebido las mieles del éxito sin que la borrachera se le suba a la cabeza, combinando su condición de estrella mediática con el ‘savoir fair’ de la discreción y elegancia en lo personal y en el contacto con la opinión pública.
Y también a alguien que al igual se enfunda el traje de El Zorro, como se codea con Brad Pitt y Tom Cruise, o le pone la voz original al gato con botas de Shrek. Por ello me resulta difícil, en un cambio drástico de óptica, contemplarle como un cineasta tras las cámaras, personal y libre, apuntando con su visor a otros actores, intentando plasmar los sentimientos con sus luces y sombras; labrándose el ‘status’ de autor en la creación y narración en imágenes.
En “El camino de los ingleses”, por ejemplo, la inspiración y la mediocridad; el deseo y la frustación; el amor y el sexo; el placer y el dolor; la cara y la cruz, tienen forma de bailarina (María Ruíz), el objeto preciado que simboliza los sueños para el protagonista, Miguelito Dávila (Alberto Amarilla), un joven con alma de poeta al que le han extraído un riñón.
Y Banderas, juntamente con otros dos Antonios, y también malagueños, como son Antonio Soler (autor de la premiada novela, y el guíón), y Antonio Meliveo (compositor de la banda sonora); además de Xavi Giménez en labores de director de fotografía, nos submergen en las historias de varios amigos, en la Málaga de a finales de los setenta, para contarnos lo que se nos ha contado muchas veces, un relato de aprendizaje, de iniciación a la madurez, de primeros contactos con el desengaño e incluso la muerte, en definitiva, de sueños truncados. Pero dándole una forma totalmente distinta.

Hiperbólico e intimista, un Banderas a contracorriente explora la relación, y los límites, de la poesía aplicada al cine, recurriendo tanto a las imágenes como a las palabras. No para mi gusto con resultados del todo satisfactorios, pero sí construyendo algunas escenas y planos bellísimos, como la secuencia que abre la película. Y de paso, obligándome a replantearme esa imagen de Banderas, ataviado con el antifaz del zorro, cantando al lado de Madonna, haciendo de Mariachi o dejándose ver entre un reparto plagado de estrellas.
Y hay películas fallidas que merecen verse. Porque pueden esconder sorpresas fascinantes o servirnos de ilustración y referente sobre lo que no debe hacerse. Y el segundo film de Antonio Banderas contiene estos dos elementos. El exceso de poética visual lo pierde, y lo gana; llena de contenido su obra y lo vacía; cansa por momentos y deslumbra en otros.

Valoración: ( ** )


B.S.O. compuesta por Antonio Meliveo.

Malagueño como Banderas, Antonio Meliveo ha sido el autor de bandas sonoras como “Solas”, “Fugitivas” o “Los novios búlgaros”. En “El camino de los ingleses” ha querido acompañar ese mundo interior de ensoñaciones, sentimientos y aprendizaje de los jóvenes protagonistas, y contribuir a la poesía que desprenden sus imágenes.

Como uno de los temas més destacables está “Divina comedia”, reflejo de esa pasión del joven poeta Miguelito Dávila por el clásico de Dante Aligheri, un libro que descubrió durante su estancia en el hospital gracias a su compañero de habitación. La instrumentalización del corte “Divina comedia” es suave y cargada de un lirismo evocador que va empañando lentamente las imágenes. (2’ 59”)

( Para escuchar busque en la columna de la derecha o pulse el tema con el enlace )

martes, 31 de julio de 2007

Michelangelo Antonioni ha fallecido


Michelangelo Antonioni (29 de septiembre de 1912 - 30 de julio de 2007)

Maestro de la incomunicación, y de otras soledades y misterios humanos. Siempre nos quedarán "El eclipse", "La noche", "L'Aventura", "El desierto rojo", "Blow up", "Zabriskie Point"...


lunes, 30 de julio de 2007

Bergman Inmortal

Ingmar Bergman (14 de julio de 1918 - 30 de julio de 2007)

No es un adiós. Es un ¡Hasta siempre, maestro!


domingo, 29 de julio de 2007

Tomándose el nombre de Philip K. Dick en vano

"Next" de Lee Tamahori (2006)

Cris Johnson (Nicolas Cage) es un hombre que posee un extraño poder: el de ver el (posible) futuro con dos minutos de antelación. Pero lejos de ser una cualidad que le haga significativo o feliz, Cris es el prototipo de persona maldecida por el don que posee. Vive en soledad, apartado de la gente y contando con un único amigo, un viejo mecánico (Peter Falk), mientras se gana la vida con un pobre espéctaculo de magia en Las Vegas.
Se inspira, muy vagamente, en el relato “El hombre dorado” que esribiera Philip K. Dick. La idea estaba abierta a desarrollar múltiples variaciones y temáticas, sin necesidad que fueran recargadas ni pesadas, pero con visos filosóficos, existenciales o humanos de lo más interesantes. E incluso ofrecía su juego para una buena intriga. Nada de eso hay en “Next”, del mismo modo que no hay ni rastro del espíritu de Philip K. Dick en ninguna imagen de la película.
A la postre, lo más sorprendente de todo acaba siendo como el, en otros tiempos, prometedor realizador neozelandés Lee Tamahori, y un reparto atractivo compuesto por Nicolas Cage, Jessica Biel y Julianne Moore haya dado como resultado uno de los productos más rutinarios, tópicos y menos estimulantes en el género de acción o fantástico de los últimos tiempos.

Un débil hilo argumental que se construye a base de una historia romántica, y también de un complot terrorista (no se sabe porque o con que razones: sólo que la idea de la amenaza terrorista queda bien, porque "está de actualidad"); y que da píe a introducir algunas de las secuencias de acción más inútiles e innecesarias, por su relación con el guión, que se puedan imaginar. En ellas, la cuestión es, por ejemplo, que Cris Johnson termine escapando de sus perseguidores (¡ sean amigos o enemigos !) de la manera más aparatosa posible, sea en un automóvil de lujo robado o ladera abajo perseguido por el FBI y un alud de troncos y piedras (casi, casi, un exquisito homenaje a “Siete ocasiones” de Buster Keaton).
Lo único salvable son una escenas con Nicolas cage desdoblándose en múltiples “yo” que representan lo que ocurrirá en pocos segundos y lograr así sobrevivir a un enfrentamiento contra los villanos. Momentos que harían la delicia de un Jack Sparrow perdido en el fin del mundo; pero que por lo demás no hacen sinó demostrar lo esteril e inverosimil de su propuesta.

Valoración: (●)

(*****) Obra maestra. Disfrute total.
(****) Me ha gustado muchísimo. ¡Una maravilla!

(***) Me ha gustado. Buena película,
(**) Me ha gustado, pero con reparos.

(*) No me ha gustado, pero tiene sus "cosillas"
(●) No me ha gustado nada, pero si le apetece, usted mism@