viernes, 2 de marzo de 2007

Crítica: "Cartas desde Iwo Jima"


"Cartas desde Iwo Jima" tiene entidad propia, es autónoma. Pero resulta inevitable verla como el reverso, o el complemento, a "Banderas de nuestros padres", el díptico que Clint Eastwood ha realizado con tantas ganas como energía, a pesar de sus 76 años.
Ahora, ese enemigo invisible, esos casi-marcianos que surgían del subsuelo con sus armas, o aparecían en medio de la noche para saltar sobre sus víctimas en "Banderas de nuestros padres", se materializan y se hacen carne y hueso, y también alma. Convirtiéndose además en el contraste de esos heroes fotogénicos que alzaron una bandera en el monte Suribachi.
Unos, los estadounidenses, utilizados como iconos de masas con los que recaudar fondos para las arcas de la guerra. Los otros, heroes anónimos, cuyas últimas cartas ni siquiera llegarán a sus destinatarios.
Y juntas, las dos películas, componen una recuperación de la memoria histórica. A Eastwood, durante la multitudinaria presentación en Japón de "Cartas desde Iwo Jima", le pareció inaudito que la mayoría de jóvenes desconociera por completo lo acontecido en la isla de Iwo Jima en la II Guerra Mundia, donde perdieron la vida más de 20.000 compatriotas.

Todos somos seres humanos.
Pero, sobre todo, y no era para esperar menos, es un relato plagado de humanidad. Pone en evidencia que lo que debería prevalecer es el individuo por encima de lo absurdo de la guerra (o no tan absurda para quienes obtienen beneficios económicos, políticos o estratégicos), e incluso, si se fuera racional, por encima del concepto del colectivo de "patria".
Claro está que, para alguien que posa sus ojos en el imperio del sol naciente, la mirada de Eastwood es la de un occidental. Aunque se apoye en el guión de un debutante japonés, Iris Yamashita, al fin y al cabo, es un yanqui en la corte nipona que osa hablar sobre personajes y conceptos muy alejados de su mentalidad y mundo.
Sin embargo, su perspectiva es la adecuada porque, en definitiva, lo que nos cuenta es exactamente lo mismo. Un panadero de Osaka o Tokio, es para lo que desea plasmar Eastwood, igual que uno de Oklahoma o Kentucky; y todos sienten sus miedos, todos han dejado atrás algo o simplemente todos luchan para evitar que su "patria", o el futuro de sus hijos, caigan en manos de bárbaros extranjeros.
Es la batalla de seres humanos con los mismos sentimientos de duda y temor, con la familia, esposas, hijos y esa vida que tenían, y a la que se les ha obligado a abandonar. En uno de esos detalles que son más significativos de lo que parecen a simple vista, incluso el protagonista, el general Kuribayashi (Ken Watanabe), profesional, culto y férreo, casi se disculpa en una de sus cartas a su mujer por el hecho de haber dejado cosas pendientes, tan cotidianas, como el arreglar el suelo de la cocina.


El verdadero triunfo.
Eastwood otorga a su visión de la perspectiva japonesa un carácter más intimista, y alejado del montaje paralelo, entre el frente de batalla y el circo mediático al que fueron sometidos los héroes norteamericanos al regresar a los EE.UU. La música, de Michael Stevens y su hijo Kyle Eastwood, es tan minimalista como efectiva, y apela directamente a la sensibilidad. Y el monocromatismo de la fotografía, adaptada a la frialdad de esa roca volcánica que es Iwo Jima, concede a la película una mayor fisicidad.
Asimismo, es extraordinaria, por elegante, mesurada y carismática, la interpretación de Ken Watanabe, al igual que la de Tsuyoshi Ihara, como el barón Nishi, y "héroe" olímpico en equitación.
Puede que el contenido de "Cartas desde Iwo Jima" carezca de una originalidad excepcional, o puede que guste más o menos, pero es un regalo para el buen amante del cine. Y, como Mel Gibson en "Apocalypto", a destacar la valentía de su autor en ese empeño para que las copias se exhiban en todo el mundo en versión original subtitulada. Ello hará que desciendan espectacularmente las ventas de palomitas y entradas en las multisalas; pero el cine, y de un modo no menos espléndido, sale ganando.

Valoración: ( **** )
(*****) Obra Maestra – (****) Muy buena – (***) Buena – (**) Se puede ver – (*) Floja - (●) Usted mism@

13 comentarios:

BUDOKAN dijo...

La verdad que Clint es el mejor director de la actualidad, cada día lo hace mejor.

travismagee dijo...

Muy buena película.
Tras unos primeros veinte minutos, de estudio de los personajes, más que nada, asistimos a una pléyade de sentimientos humanos extremos, donde el horror, la monstruosidad del ser humano, se mezcla con la compasión, el honor, la dignidad del mismo.
Excelente y con escenas sobrecogedoras.

Travis (Iñaki)

Sebastián Liera dijo...

He querido venir de nuevo, no sólo por sus críticas que me parecen de lo mejor en la blogósfera, sino para agradecerle su visita a La Otra Chilanga y para darle un abrazo virtual por su comentario. Le he leído una y otra vez y la indignación me abrasa todo el cuerpo. Es para mí una vergüenza que cosas así, como la que ha sucedido a su amiga, ocurran en mi país: llegamos a perder esa humanidad que vemos en películas como las de Eastwood; no hay respeto por la vida, no lo habrá por nada.
Por favor, aunque sé que no servirá de nada, si vuelve a ver a su amiga dele un abrazo muy fuerte de mi parte; pero no le diga que se lo doy yo, un mexicano profundamente avergonzado de las ignominias que ocurren en su patria; no, déselo usted pensando que sus brazos bien pueden ser extensión de todos los brazos nuestros que en estas tierras hacen algo cada día para que estas cosas no vuelvan a ocurrir nunca más.

Donnie dijo...

Puff no me quiero imaginar si la hubieran doblado, qué desfase!

Grandísima película, me alegro que te haya gustado!

Saludos!

Carles Rull dijo...

Budokan: Y esperemos que aún pueda regalarnos otras películas, sean obras maestras o no!

Travismagee: Y yo destacaría lo del honor y la dignidad. Sí, sobrecogedora en su carga humana, y de horror, amigo Travismagee.

La otra chilanga: Sucedió en su país, pero me temo que la crueldad, la violencia... están tan arraígados en la naturaleza humana, que poco importa donde sucediera. Le agradezco sus palabras, y la próxima vez que me encuentre con ella, con C., le daré un abrazo bien fuerte, por los dos.

Donnie: Cuando vi que la proyectaban en versión original incluso en las multisalas, llegué a aplaudir y todo!

Natalia Book dijo...

ya sabes que estaba esperando esta película para ver si entrre las dos formaban una gran obra completa.
la comparación es estremecedora: en banderas vemos a unos hombres que saben que van a ganar. En cartas, saben que van a perder.
El hecho de que alguien de su vida por una causa ya pérdida me parece sobrecogedor.
Saludos

Carles Rull dijo...

Natalia Book: Y ha valido la pena esperar esta otra cara de la moneda de Clint Eastwood! La verdad es que sus calificativos de "estremecedora" y "sobrecogedor" son acertadísimos. ¡Una maravilla!

Sebastián Liera dijo...

Gracias.

DECKARD dijo...

Sí, ha merecido la pena y a muchos nos ha reconciliado con Eastwood tras la decepción de "Banderas de nuestros padres".

Muy bien lo de reivindicar la VOS, pero deberían hacerlo siempre, no solo cuando ruedan en otro idioma que no es el inglés.

Un saludo!

atikus dijo...

Este abuelito es duro de pelar...fantástico!!,
evidentemente la versión japonesa en la que saben que todos moriran, me gusta más, me recuerda a "Murieron con las botas puestas"

las palomitas por mi como si las envenenan...bueno no quiero ser tan Pumares :)

.:: Bogotá 35MM ::. dijo...

Pues bueno, hace ratoq ue no pasaba por acá.

Te cuento que me gusta mucho más la nueva plantilla, más fácilde recorrer. Felicitaciones.

De CDIJ, hice una crítica muy distinta de la película, ojalá te pases por el blog y te eches una leída.

Un saludo,

Carles Rull dijo...

Deckard: Lo de la versión original supongo que sería ya una cuestión de educación, y de irse acostumbrando. Pero, ¡vaya! ahora por ahora, no me imagino yo al público que abarrota una multisala viendo, por ejemplo, "Piratas del Caribe 3" o "Spider-man 3", teniendo que "leer".

Atikus: Curiosamente, a mí nunca suelen entrarme ganas de comer, o de beber, mientras estoy en el cine. Pero, ¡bueno! si hay muchísimos espectadores que consideran necesario este ritual (siempre con respeto, y lo digo por los ruiditos, a los demás), pues adelante. Hay que tener en cuenta que las "palomitas", "golosinas", "bebidas" y similares representan para los cines más beneficio que la venda de las mismas entradas.

Bogotá 35mm.: Me alegro que le agrade la nueva plantilla y diseño. Y tenga por seguro que en breve me paso por su blog. Tengo mucha curiosidad por conocer su opinión.

Un saludo !

Carles Rull dijo...

¡Gracias! y enseguida me paso a leer tu crítica, Ojo de Buey.

Un saludo !