viernes, 3 de agosto de 2007

Excesos poéticos

"El camino de los ingleses" (Antonio Banderas, 2006) - DVD

Estoy acostumbrado a ver a Antonio Banderas como si fuera un actor simpático que además ha logrado hacerse con un hueco en Hollywood. Un personaje que ha bebido las mieles del éxito sin que la borrachera se le suba a la cabeza, combinando su condición de estrella mediática con el ‘savoir fair’ de la discreción y elegancia en lo personal y en el contacto con la opinión pública.
Y también a alguien que al igual se enfunda el traje de El Zorro, como se codea con Brad Pitt y Tom Cruise, o le pone la voz original al gato con botas de Shrek. Por ello me resulta difícil, en un cambio drástico de óptica, contemplarle como un cineasta tras las cámaras, personal y libre, apuntando con su visor a otros actores, intentando plasmar los sentimientos con sus luces y sombras; labrándose el ‘status’ de autor en la creación y narración en imágenes.
En “El camino de los ingleses”, por ejemplo, la inspiración y la mediocridad; el deseo y la frustación; el amor y el sexo; el placer y el dolor; la cara y la cruz, tienen forma de bailarina (María Ruíz), el objeto preciado que simboliza los sueños para el protagonista, Miguelito Dávila (Alberto Amarilla), un joven con alma de poeta al que le han extraído un riñón.
Y Banderas, juntamente con otros dos Antonios, y también malagueños, como son Antonio Soler (autor de la premiada novela, y el guíón), y Antonio Meliveo (compositor de la banda sonora); además de Xavi Giménez en labores de director de fotografía, nos submergen en las historias de varios amigos, en la Málaga de a finales de los setenta, para contarnos lo que se nos ha contado muchas veces, un relato de aprendizaje, de iniciación a la madurez, de primeros contactos con el desengaño e incluso la muerte, en definitiva, de sueños truncados. Pero dándole una forma totalmente distinta.

Hiperbólico e intimista, un Banderas a contracorriente explora la relación, y los límites, de la poesía aplicada al cine, recurriendo tanto a las imágenes como a las palabras. No para mi gusto con resultados del todo satisfactorios, pero sí construyendo algunas escenas y planos bellísimos, como la secuencia que abre la película. Y de paso, obligándome a replantearme esa imagen de Banderas, ataviado con el antifaz del zorro, cantando al lado de Madonna, haciendo de Mariachi o dejándose ver entre un reparto plagado de estrellas.
Y hay películas fallidas que merecen verse. Porque pueden esconder sorpresas fascinantes o servirnos de ilustración y referente sobre lo que no debe hacerse. Y el segundo film de Antonio Banderas contiene estos dos elementos. El exceso de poética visual lo pierde, y lo gana; llena de contenido su obra y lo vacía; cansa por momentos y deslumbra en otros.

Valoración: ( ** )


B.S.O. compuesta por Antonio Meliveo.

Malagueño como Banderas, Antonio Meliveo ha sido el autor de bandas sonoras como “Solas”, “Fugitivas” o “Los novios búlgaros”. En “El camino de los ingleses” ha querido acompañar ese mundo interior de ensoñaciones, sentimientos y aprendizaje de los jóvenes protagonistas, y contribuir a la poesía que desprenden sus imágenes.

Como uno de los temas més destacables está “Divina comedia”, reflejo de esa pasión del joven poeta Miguelito Dávila por el clásico de Dante Aligheri, un libro que descubrió durante su estancia en el hospital gracias a su compañero de habitación. La instrumentalización del corte “Divina comedia” es suave y cargada de un lirismo evocador que va empañando lentamente las imágenes. (2’ 59”)

( Para escuchar busque en la columna de la derecha o pulse el tema con el enlace )

9 comentarios:

Sayury dijo...

Es difícil asimilar ese cambio de registro de Banderas, pero quizá en una segunda película nos termina de sorprender, nunca se sabe...

Un abrazo desde Rod@ndo!

Rosenrod dijo...

Pues lamento discrepar totalmente en esta ocasión, Cineahora (sobre todo en lo de la película). Me parece un globo pinchado, que demuestra cómo el camino de lo poético a lo ridículo es minúsculo y puede ser recorrido por los que no son capaces... ¡Con la maravilla que nos había regalado con "Locos en Alabama"! (que, por cierto, era también poética, en un registro mucho menos irritante y pedante)

Un saludo!

Carles Rull dijo...

Sayury: Aquí no acaba de cuajar del todo, pero sorprende esa vena tan poética de Banderas.

Rosenrod: Bueno, discrepancia a medias. Ya ve que mi valoración tampoco no es que sea demasiado alta. Pero sí que la considero una película de momentos, y de hallazgos aislados.

BUDOKAN dijo...

Parece que aquí nos muestras a un Banderas distinto que no llega a lograrlo por completo. Pero si tengo que elegir algo es seguramente conseguir la magnífica banda sonora que parece de lo mejor. Saludos!

Carles Rull dijo...

Budokan: Me alegra que le haya gustado esta banda sonora, además de un compositor español que, la verdad, tampoco no es que hubiera destacado hasta ahora especialmente.

Saludos.

Mónica dijo...

No vi "El camino de ..." sin embargo leí sobre esta película que Antonio rodó con tanto cariño en su españa natal.
Me gustaría verla, pero no la han dado por estos lados aún.
Bsss.

Carles Rull dijo...

Mónica: Creo que ahora está empezando a tener más distribución internacional. Pero ni las críticas ni el éxito de público le están acompañando demasiado.

travismagee dijo...

Interesante película dirigida de forma muy personal por Antonio Banderas, en su segunda película tras las cámaras.
Se trata de una adaptación de la novela del mismo título, escrita por Antonio Soler, y se puede decir, sin ningún riesgo, que la empresa es muy desigual y polémica, al menos en su forma narrativa.
Banderas maneja la cámara con soltura, para contar las vicisitudes de un grupo de jóvenes amigos en un verano de los años setenta en Málaga.
Lo hace con multitud de planos, cortos, medios con los rostros de los personajes partidos por la mitad, empleo de una amplia gama de colores, y un empleo onírico de algunas secuencias, que hace que, sobre todo en su primer tercio, todo se torne confuso, farragoso, escasamente atractivo para el espectador medio.
Sin embargo, y cuando parece que la película desembocará con toda seguridad en un pastiche inconexo, la historia toma forma y lo que a continuación sigue, resulta interesante (lo digo por mí, claro).
La parte media y final muestra el dolor, la infelicidad, el miedo y la muerte, en una suerte de hechos, inexorablemente motivados por eso que se suele llamar EL DESTINO. Un destino, aquí, en forma de lluvia contumaz y viento peligroso, que hace que todo tome forma y cada personaje se encuentre con su sino, un sino triste, como el presente que están viviendo, y el futuro que, lo más seguro, les aguarda.
Sí, es cierto que la película puede aburrir, sobre todo si el espectador se desengancha en los primeros minutos de lo que está viendo (yo estuve a punto, incluso creo que eché una cabezadita de varios segundos en un momento dado, menos mal que la figura y belleza de la protagonista me despertó de súbito al verla bailando en una escena...), pero creo honestamente que se trata de una película que no debe caer en saco roto, pues Banderas ha logrado un trabajo sincero y muy digno, que quizás se haya adelantado un poco a los tiempos que corren en cuanto a la narrativa cinematográfica, una narrativa anquilosada que tiende a la impersonalidad.

Carles Rull dijo...

Travismagee: Muy interesante su visión de la lluvia como imagen del destino. O quizás también de ese momento feliz, inolvidable e irrecuperable, diría yo. Y, por lo tanto, metáfora también de lo fugaz, del paso del tiempo.
Y muy cierto lo que dices, al menos Antonio Banderas ha querido hacer una película personal, no adaptada a las fórmulas y gustos.

Un saludo, Travismagee.