Clásicos: "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante"
De lo mejor y lo peor. El ser humano es capaz de humillar, torturar y asesinar. Pero también de tener sensibilidad artística o capacidad de sabiduría. Puede destruir o construir, como demuestra “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, una extraordinaria película de Peter Greenaway que cuenta, además, con la siempre brillante Helen Mirren, ahora de nuevo en actualidad gracias a “The queen”.
Por un lado tenemos a ese repulsivo mafioso, Albert Spica (Michael Gambon), que se pasa más de media película vociferando, pavoneándose, intimidando, ofendiendo y atacando a propios y extraños. Capaz de obligar a un desdichado que se trague defecaciones de perro para luego orinarse encima de él, de clavarle un tenedor en la mejilla a una mujer, de hacerle comer a un niño de aspecto angelical los botones de su traje e incluso su ombligo (!), y de cometer crímenes pasionales. Y que, al mismo tiempo, intenta exhibir su dudoso buen gusto volcándose en los placeres de la mesa, rodeado de lujo, o se retrata como un desgraciado, perdido sino tiene a su esposa Georgina (Helen Mirren).
Por otro lado, los oropeles del poder no disimulan la crueldad. Los aromas de las esencias más delicadas se entremezclan con los hedores corporales. Y los más exquisitos manjares de la alta cocina van unidos a los residuos de la bajeza de las cloacas, porque aquello que comemos, por delicioso que sea, tendrá el mismo destino una vez alimentado el cuerpo.
Por un lado tenemos a ese repulsivo mafioso, Albert Spica (Michael Gambon), que se pasa más de media película vociferando, pavoneándose, intimidando, ofendiendo y atacando a propios y extraños. Capaz de obligar a un desdichado que se trague defecaciones de perro para luego orinarse encima de él, de clavarle un tenedor en la mejilla a una mujer, de hacerle comer a un niño de aspecto angelical los botones de su traje e incluso su ombligo (!), y de cometer crímenes pasionales. Y que, al mismo tiempo, intenta exhibir su dudoso buen gusto volcándose en los placeres de la mesa, rodeado de lujo, o se retrata como un desgraciado, perdido sino tiene a su esposa Georgina (Helen Mirren).
Por otro lado, los oropeles del poder no disimulan la crueldad. Los aromas de las esencias más delicadas se entremezclan con los hedores corporales. Y los más exquisitos manjares de la alta cocina van unidos a los residuos de la bajeza de las cloacas, porque aquello que comemos, por delicioso que sea, tendrá el mismo destino una vez alimentado el cuerpo.
El buen gusto...
Por el otro lado, es un manjar cinematográfico que intenta ser TOTAL abarcando el mayor número posible de bellas artes.
Encontraremos danza y música (el niño cantor o las bailarinas); pintura (el gran cuadro que preside el comedor); teatro (en muchas ocasiones por su puesta en escena); poesía (en sus imágenes y contenido), literatura (los libros tienen su presencia, o el guión que se inspira en las venganzas jacobinas del Siglo XVII), arquitectura o escultura (los decorados). Y también las artes menores: el perfume, la gastronomía o el sexo.
Greenaway cocina estos ingredientes, para nada contradictorios, con una gran belleza plástica. Soberbia la fotografía de Sacha Vierny, apabullante el uso cromático en los decorados (azul para la entrada, rojo para el restaurante, verde para la cocina o blanco para los servicios públicos), y fabuloso el vestuario diseñado por Jean-Paul Gaultier, con el detalle que los vestidos de las mujeres cambian según la estancia en que se encuentren.
Encontraremos danza y música (el niño cantor o las bailarinas); pintura (el gran cuadro que preside el comedor); teatro (en muchas ocasiones por su puesta en escena); poesía (en sus imágenes y contenido), literatura (los libros tienen su presencia, o el guión que se inspira en las venganzas jacobinas del Siglo XVII), arquitectura o escultura (los decorados). Y también las artes menores: el perfume, la gastronomía o el sexo.
Greenaway cocina estos ingredientes, para nada contradictorios, con una gran belleza plástica. Soberbia la fotografía de Sacha Vierny, apabullante el uso cromático en los decorados (azul para la entrada, rojo para el restaurante, verde para la cocina o blanco para los servicios públicos), y fabuloso el vestuario diseñado por Jean-Paul Gaultier, con el detalle que los vestidos de las mujeres cambian según la estancia en que se encuentren.
... Y el mal gusto.
“El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante” posee una textura que casi se pude tocar y oler.
Condimentada por la magnífica partitura minimalista que compone Michael Nyman. Una puesta en escena barroca y con unos ‘travellings’ laterales impresionantes.
Y, sin embargo, la belleza que respira la película se baña también en tragedia, brutalidad y locura, hasta desembocar en un final no apto para estómagos sensibles, y que enlaza con el canibalismo. ¡Toda una experiencia! ¡y de pesada digestión!
Lo mejor de Greenaway, junto a “El vientre del arquitecto” (1987) y “The pillow book” (1995), o séase, cuando aún hacia un cine interesante.
Condimentada por la magnífica partitura minimalista que compone Michael Nyman. Una puesta en escena barroca y con unos ‘travellings’ laterales impresionantes.
Y, sin embargo, la belleza que respira la película se baña también en tragedia, brutalidad y locura, hasta desembocar en un final no apto para estómagos sensibles, y que enlaza con el canibalismo. ¡Toda una experiencia! ¡y de pesada digestión!
Lo mejor de Greenaway, junto a “El vientre del arquitecto” (1987) y “The pillow book” (1995), o séase, cuando aún hacia un cine interesante.
Valoración: ( **** )
Usted mism@ ( ● ) – Floja ( * ) – Se puede ver ( ** ) – Buena ( *** ) – Muy buena ( **** ) – Obra Maestra ( ***** )
T.O.: The cook, the thief, her wife and her lover. Reino Unido-Francia-Bélgica, 1989. Dirección: Peter Greenaway. Guión: Peter Greenaway. Fotografía: Sacha Vierny. Música: Michael Nyman. Montaje: John Wilson. Vestuario: Jean-Paul Gaultier. Intérpretes: Richar Bohringer (el cocinero); Michael Gambon (Albert Spica); Helen Mirren (Georgina Spica); Alan Howard (Michael, el amante); Tim Roth (Mitchell) y Ciarán Hinds (Cory).
9 comentarios:
Muy buena, inteligente y original cinta. Todo en ello se sale de lo normal, y está hecho con indudable clase. La realización es brillante, la puesta en escena rica en detalles de color y luminosidad, las interpretaciones sublimes. Muy buena. Eso sí, no a todo el mundo le gusta, pues contiene escenas fuertes e incluso, hay que reconocerlo, de dudoso gusto.
Iñaki: Hay escenas de muy dudoso gusto. Esos estallidos de humillaciones, el final... Es un cine que fascina, pero que también te revuelve por dentro. Echo de menos a Greenaway. No hace una buena película desde hace más de 10 años! Perdido entre tanta "maleta" de Tulse Luper.
Gracias por tu visita. Saludos!
A mí me pareció una peli horrenda.
Listo entertainment: veo que sigue en su linea, conciso y contundente. A usted le pareció "horrenda", yo la califico como "muy buena", y además recuerdo la opinión de el propietario de un video-club que me vendió la cinta en VHS hace años. Comentó: "No es que sea buena o mala, es... rara, distinta. ¡No se entiende nada!". No sabía muy bien que decir el buen hombre.
Lo mejor es que no deja indiferente. Posee una gran belleza plástica y el contenido su jugo (no sólo gástrico).
Saludos !
Para mi, de lo mejor de Greenaway, un tipo que en cada película pone en juego sus amplias inquietudes por cualquier rama artística y científica, haciendo su cine poco asimilable quizá por profanos (yo incluido), pero no restándole poder fascinador y interés. Y esta es una de sus películas, en la que, como tu bien indicas, más se ha volcado Greenaway en generar toda una amalgama de lenguajes y formas de expresión, recogiendo un poco de acá y allá, pero dotándolo de personalidad propia; pues este director es de los que realmente dejan su impronta; su cine es reconocible como pocos.
Mi favorita personalmente de Greenaway es “El Contrato del Dibujante”, pero esta o cualquier otra, sino geniales, siempre son atractivas.
Un saludo, y perfecto análisis.
Irian-Hallstatt: Descubrí el cine de Greenaway con "El contrato del dibujante", aunque "El cocinero...", "El vientre del arquitecto" y "The pillow book (diario íntimo)" son mis preferidas. A ver si algun día vuelve a deleitarnos con su buen cine (y no con eso de las maletas).
Gracias, y un saludo !
Has definido estupendamente a esta magnífica película del gran Greenaway. Tocado por el arte en su máxima expresión y con un sentido cinematográfico inspirado y original nos dejó esta delicia. Hoy muy desconocida para el gran público y que es muy recomendable.
La partitura de Nyman es sensacional también.
Saludos
Dr. Strangelove: Greenaway procurando, como siempre, y esta vez lográndolo, unir prácticamente todas las artes en el cine. Esperemos que por lo menos entre los cinéfilos no caiga en el olvido!
Siempre que puedo trato de ver nuevas películas y me gustan mucho las de acción y por eso constantemente voy al cine. Cuando no tengo ganas de salir de mi casa me alquilo una película y disfruto de verla con el ambiente con un buen clima gracias al split
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