Avatares

Este hombre lleva diez años sin dirigir una película de acción o de ciencia-ficción, que fueron los géneros que le dieron fama y dinero, aunque fue la historia de un trasatlántico de lujo que imposibilitaba una segunda parte, la que le diera 11 oscars.
Prácticamente empezó con la serie B dirigiendo la secuela de las voraces pirañas, para después empezar a crear escuela con "Terminator". Y cuando le pusieron más dinero, lo aprovechó, y como pocos, con "Aliens, el regreso".
Ahora anuncia su regreso al género, pero todavía se hará de rogar, por lo menos hasta verano del 2009, o del 2010.
Con "Avatar" no se sabe muy bien si está creando un videojuego impresionante o una producción cinematográfica que revolucionará el mundo de los efectos visuales.

Para ello utilizará una técnica de filmación que fundirá los CGI generados por ordenador, la animación y la fotografía en 3D. Tal vez ni los propios cines estén preparados para acoger tal evento, como no sean en formato Imax.
Pero ahí estará el relato de un veterano de guerra transportado al planeta Pandora, repleto de junglas y habitado por criaturas azules que miden 4 metros de altura.
Unos seres a los que James Cameron, también inventor de cámaras en su (poco) tiempo libre, incluso tiene la intención de dotar con un idioma y una cultura propia. Y los encargados de los efectos especiales serán los de Weta Design, que no saben aún donde colocar el montón de doradas estatuillas ganadas por "El señor de los anillos".
Si el invento funciona, promete ser una franquicia descomunal. El McDonalds del siglo XXI como alimento cinematográfico.