B.S.O.: Persiguiendo la felicidad, videojuegos y lobos de mar

Una de los mejores soundtracks recientes, una obra maestra indiscutibles de la banda sonora moderna, y un clásico tan poco conocido como irresistible.

Cineahora inaugura una nueva sección, dedicada a la banda sonora, y lo hace también agradeciendolo a Donnie y Noa porque fue en sus respectivos blogs donde descubrí la posibilidad de introducir música y canciones. Han sido mi inspiración.
Así que ¡abrochochénse los cinturones!, o mejor dicho, “prick up your ears”. Ábrense de orejas porque van a escuchar tres temazos.

Pueden escucharlos pulsando el enlace con la duración.

“En busca de la felicidad”, B.S.O. de Andrea Guerra.

Will Smith prefirió recurrir a un director europeo, el italiano Gabriele Muccino, para conferirle un aspecto distinto a su drama sobre Chris Gardner, un vendedor de artilugios médicos sin futuro, y hundido en la miseria, cuyo sueño es convertirse en un ‘crack’ de Wall Street, y permanecer unido a su hijo de 5 años. Asimismo, el elegido para componer la partitura fue Andrea Guerra, autor de “Hotel Rwanda” o “La ventana de enfrente”.
Y a juzgar por los resultados, el toque italiano le ha ido como anillo al dedo a esta mirada al sueño americano, como muestra, el tercer corte, titulado “Running”, que recoge a la perfección esa muestra de ritmo frenético, en la que se ve envuelto el protagonista, mezclada con una melodía más suave y cálida. (1’ 41’’)

“Avalon”, B.S.O. de Kenji Kawai.

El porqué una película tan mediocre contó con una banda sonora tan extraordinaria, es un misterio. El japonés Mamoru Oshii presentó en el 2001, en Cannes, una obra de ciencia-ficción que podría haber resultado innovadora. Su premisa es de lo más atractiva: un grupo de humanos vive en una especie de mundo de videojuego y si logran superar todos los niveles y llegar hasta el final podrán llegar hasta el mundo idílico de Avalon.
Fantasía, acción, filosofia y metafísica se unian en un producto realizado con una puesta en escena realmente pobre en ideas. Pero quien si estuvo a la altura fue Kenji Kawai creando una partitura de gran riqueza e incluso de reminisciencias operísticas. Una de las grandes maravillas que ha dado la banda sonora en los últimos años. (2’ 34’’)

“El demonio del mar”, B.S.O. de Alfred Newman.

No ha permanecido como uno de los títulos más recordados entre los clásicos de aventuras, pero "Down to the sea in ships" (1949), su título original, es un notable relato con el sabor de películas como “las de antes” que ya no se hacen. A bordo de un barco ballenero, el capitán Berin Joy (Lionel Barrymore), desea instruir en la tradición familiar a su nieto Jed (Richard Widmark).
Y el premiadísimo Alfred Newman (9 óscars), elaboró un tema principal tan vibrante como alegre. Todo un homenaje a esos lobos de mar: su vida, sus pasiones y los peligros que les acechan. Me recuerda a otra banda sonora magistral, la que Victor Young compuso, tres años después, para “El hombre tranquilo”, y una melodía de las que resulta imposible no quedarse enganchado escuchándola. (1’ 58’’)